FUENTE: DIARIO VASCO
Los años de crisis obligaron a muchos hogares a variar sus hábitos alimenticios y se produjo un notable incremento del consumo de productos de marca blanca. Sin embargo, las mejores perspectivas económicas comienzan a notarse también en la cesta de la compra y se está produciendo un paulatino descenso en esta demanda. Así, si en 2012, cuando el país estaba más afectado por la recesión, más del 22% de los españoles admitía que compraba muchos productos de marcas de distribuidor, en 2015 ese porcentaje ha caído a la mitad y apenas llega al 10% (9,7%, concretamente). Así lo refleja el ‘Informe del consumo de alimentación en España 2015’ publicado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
También se ha incrementado el porcentaje de personas que no compra nunca marca blanca, y ha pasado de un 8,7% en 2012 a un 12,3% en la actualidad. Aun así, el peso de las marcas del distribuidor sigue siendo enorme y más del 87% de los entrevistados reconoce adquirir algún producto de este tipo (en el año 2012 era más del 91%). En conclusión, el informe refleja una menor tendencia a sustituir la marca de fabricante por la de distribuidor.
La reactivación de la economía también está repercutiendo en el gasto total en alimentación, que en 2015 experimentó un ligero crecimiento de poco más del 1% y rompió con la tendencia a la baja de 2014, cuando cayó un 3,2%. Los españoles gastaron en comida y bebida 99.037 millones de euros, aunque sigue estando por debajo de los 100 millones que se superaron en el periodo de 2009 a 2013.
Si se circunscribe al hogar, el gasto total en consumo alimentario en 2015 ascendió a 67.043 millones, lo que supone un crecimiento del 0,9% respecto al año anterior, pero vuelve a romper con el acusado descenso del 2014 (-3,5%). En volumen, sin embargo, bajó un 1,3%, lo que significa que los hogares están dispuestos a pagar más por la alimentación y bebida aunque esto no suponga comprar más.
La progresión se ve de forma más clara si se alude al gasto per cápita; así, en 2015 los españoles gastaron una media de 1.502 euros por persona (un 1,3% más), frente a los 1.482 de 2014 y los 1.468 del año 2012. Solo en 2013 hubo un ligero repunte de casi el 4% y se superó los 1.524 euros de gasto. Como apunte, en 2007 el gasto per cápita en 2007 era de 1.411 euros, apenas 90 euros más que en la actualidad pero hay que tener en cuenta que el precio de los productos era bastante más bajo al actual.
Las comunidades donde más se gasta per cápita son Cataluña (1.766 euros), País Vasco (1.763)y Cantabria (1.703); las quemenos, Castilla La Mancha (1.271), Extremadura (1.275) y Andalucía (1.301).
¿Qué comemos?
Una parte muy importante de la alimentación en los hogares se basa en productos frescos (fruta, verduras, pescado, carne, pan, huevos…), que suponen el 41,3% del volumen total consumido y un 44,5% del presupuesto total de la cesta de la compra, prácticamente idéntico al del 2014. El restante 55,5% lo copan otros alimentos, cuyo incremento ha sido algo mayor, del 1,5%.
Durante 2015, el consumo de carne y pescado cayó un 2% y 2,4%, respectivamente. El producto del mar preferido es el fresco, con una cantidad media por persona y año de 11,64 kilogramos, seguido de los mariscos y moluscos (6,96 kg), las conservas (4,47 kg) y, por último, el congelado (2,82%).
La fruta y las hortalizas frescas también tienen menos aceptación en los hogares: han bajado en volumen un 3,7% y 4,7%, respectivamente. Al igual que el pan, el arroz, las legumbres, los cafés y las infusiones. Destacan los pronunciados descensos en el consumo de sal (un 5,5%), de aceite (6%) y de azúcar, cuyo volumen ha caído un 11%. El consumo de leche permanece estable (con clara preferencia por la semidesnatada), al igual que la bollería, la pastelería, los cereales y los productos navideños.
En el lado contrario, han experimentado un fuerte ascenso el consumo de alimentos como los derivados lácteos (1,5%), la pasta (1,5%), los frutos secos (2%) y, principalmente, los platos preparados (4,1%) y el agua envasada (6,9%).
El supermercado sigue siendo el canal preferido por los españoles para realizar sus compras, lo que representa el 44,1% del total. Sin embargo, para adquirir productos frescos, la mayoría se decanta por la tienda tradicional (35,6%).